A cada cual su red: 5G y comunicaciones a medida

Los anuncios de los operadores del lanzamiento de servicios de red 5G avanzados para empresas, especialmente en Estados Unidos (Verizon, T-Mobile) y de los fabricantes de reforzar sus propuestas para ese mismo segmento (Ericsson, Nokia) apunta a la oportunidad emergente en el desarrollo de redes privadas e híbridas que ofrecen rendimientos y posibilidades diferenciales ante nuevas necesidades profesionales de conectividad.

Se está creando una nueva cadena de valor y capacidades alrededor no solo de los recursos de conectividad, si no también de captura y procesamiento de datos, inteligencia artificial y optimización de toma de decisiones que abre nuevas perspectivas de automatización y mejora de rendimientos en múltiples ámbitos de la industria y de los servicios, con una colaboración público-privada que puede contribuir a acelerar los despliegues de nuevas redes móviles que ayuden a la mejora de la productividad y por ello a una economía más próspera. Confluyen en esta ocasión la rápida adopción de modelos de red de acceso móvil basados en programación de código abierto («Open RAN» en su acrónimo en inglés) y la búsqueda por empresas e instituciones de aplicaciones específicas que puedan aprovechar la fiabilidad, mayor ancho de banda y bajísimo retardo de 5G, que exceden de los requerimientos propios de los usos del gran público, como vídeo o juegos en línea.

Con un mercado global de redes móviles privadas estimado en 2021 en cerca de 1.600 millones de euros y que está previsto quintuplique su tamaño en los próximos cuatro años, según IDC, sin duda se trata de una oportunidad de poner en valor las enormes inversiones asociadas a 5G y de alumbrar mediante la experiencia de los usuarios corporativos soluciones y funcionalidades que eventualmente puedan adoptarse en el mercado residencial, como ocurría habitualmente en las telecomunicaciones fijas.

Las redes privadas son consecuencia del imparable proceso de «virtualización» de las infraestructuras TIC, iniciado a principios de siglo y que permite crear unidades independientes entre sí sobre un mismo activo físico o sobre la agregación de varios activos físicos, sea una conexión entre dos accesos, un espacio de almacenamiento de datos o, en este caso, una red con su propia configuración y prelación en el uso de los recursos, incluso del espectro radioeléctrico en una ubicación y frecuencias concretas y por ello con características determinadas de capacidad y rendimiento y seguridad, a su vez separadas con diferentes combinaciones de tales características en «lonchas» («slicing» en inglés) para responder a necesidades específicas de los usuarios (desde las más exigentes como el bajísimo retardo para la actualización de datos en aplicaciones de asistencia remota a operadores con realidad aumentada o la geolocalización de altísima precisión para máquinas en circulación hasta usos más convencionales asociados a la videoconferencia masiva o la actualización de información en paneles de difusión.

En realidad, las redes privadas no son ordinariamente circuitos cerrados de extensiones, si no más bien anexos de una red pública a través de la cual acceden a las direcciones en Internet, entre ellos a los nodos en los que están situados los servidores para el tratamiento en primera o única instancia de los datos asociados a los usuarios de cada red privada, sean personas o máquinas.

El número más reducido de antenas y usuarios no hace a las redes privadas menos sofisticadas que las redes públicas. En realidad, representan una fracción circunscrita de las magnitudes de estas últimas, aplicando estándares y funcionalidades equivalentes, con la complejidad añadida de la segmentación de usos antes referida. El diseño, la instalación, la provisión y puesta en funcionamiento, la operación y la supervisión responden a los mismos principios y tan solo no aprovechan los beneficios derivados de la escala. Además, es habitual que las redes privadas combinen puntos de acceso en exteriores e interiores, mientras las redes públicas se basan en celdas de mayor cobertura y capacidad («macros» en el argot del sector, frente a las «micro», «small» o «pico» de refuerzo en exteriores o de cobertura de interiores, que específicamente para 5G, con una frecuencia más alta, se espera se multipliquen para asegurar el ancho de banda por usuario particularmente en áreas urbanas con elevada densidad de conexiones), de tal modo que en interiores podrá 5G demostrar si es capaz de batir en rendimiento al WiFi, que también evoluciona y aprovecha la ventaja de la fibra hasta más cerca del dispositivo y una banda, no licenciada y por ello gratuita, más alta.

Para una empresa o entidad pública, la implementación de una red privada 5G se parece a la adopción de una aplicación de gestión multifunción, o sea como SAP. La perspectiva de contar con información completa, puntualísima, ordenada y susceptible de ser empleada para la automatización de la toma de decisiones inspira el esfuerzo para describir y reproducir sobre el modelo de conectividad procesos y flujos en un espacio determinado y para unos usuarios autorizados, posiblemente todo ello reflejado en una instancia virtual, su gemelo digital. En este sentido, la red privada es parte de la infraestructura TIC de su titular, como lo son los servidores propios o más probablemente el servicio de acceso a sus aplicaciones en una o varias «nubes», con una arquitectura que desemboca en la mejor versión disponible de una empresa sincronizada «en tiempo real» y, lo que quizás es más relevante para los negocios de que se trate, mejor preparada para reducir errores de diseño, fabricación o distribución; productos y servicios con un grado mayor de individualización; previsiblemente, una mejora de márgenes gracias a la mayor eficiencia de los procesos resultantes.PUBLICIDAD

El itinerario desde la conceptualización de la red privada hasta su estabilización está plagado de desafíos de ejecución y requieren una actuación concertada al menos por parte del promotor de la red, del proveedor de la solución técnica en sus diferentes capas, del operador al que esté asociada y cuyo espectro pueda emplear, de los técnicos de ingeniería, instalación y mantenimiento y de los proveedores de servicios y aplicaciones de valor añadido. La rentabilidad de una red privada está unida al esfuerzo inversor para su puesta en servicio y para ello serán clave las posibles ayudas públicas avanzadas el pasado 18 de Mayo por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, asociadas al componente 15.16 (5G) del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, dotado con 1.405 millones de euros.

Tal vez en el momento actual, junto a cierta inmadurez de la tecnología de la radio 5G -en parte consecuencia de las dificultades que para la aprobación de estándares ha supuesto la pandemia-, el desafío principal para el despliegue de las redes móviles de propósitos específicos sea la escasez de dispositivos con los procesadores requeridos por el 5G avanzado (SA), que permite el «slicing», mejora la estabilidad y las velocidades y otorga posibilidades de gestión de accesos masivos, pensando en las comunicaciones entre máquinas. Se espera con cierto frenesí el posible lanzamiento de unas gafas de realidad aumentada/virtual por parte de Apple quizás tan pronto como en el otoño próximo, incorporando funcionalidades anunciadas al margen de la conferencia de desarrolladores para iOS el 6 de Junio pasado en San Francisco. Efectivamente, la extensión del uso de dispositivos de inmersión multisensorial para el manejo de la información, que es la gran apuesta de otros Titanes de Internet como Microsoft («Hololens»), Meta («Oculus») y Google («Google Glass»), con un enfoque inicial en los mercados profesionales sería un espaldarazo relevante a los casos de negocio asociados a 5G.

Por otro lado, la normalización del procesamiento de los datos en proximidad («MEC»), habitualmente en el mismo nodo de comunicaciones y la consiguiente generación de registros e instrucciones de vuelta es otro reto que determinará la extensión de las redes móviles privadas, que previsiblemente se convertirán en soluciones «llave en mano» sobre un patrón de referencia por «vertical» o sector de actividad. Por ejemplo, en el ámbito de los servicios de asistencia en oficinas con autómatas figura el anuncio del 2 de junio de Samsung y la plataforma tecnológica coreana Naver, del despliegue experimental de una red privada 5G con conectividad dual (selección dinámica de la banda con mejor rendimiento) consistente en la puesta en circulación de una flota de 40 robots en la sede de Bundang-gu de Naver para la logística interna de documentación y afines.

La extensión de las redes privadas 5G supondrá una oportunidad para los operadores de superar el peligro de la indiferenciación asociado a una mera oferta de conectividad y tal vez de retomar una senda de crecimiento de los ingresos que para el conjunto de los operadores españoles han venido contrayéndose en los últimos catorce años, como describe con detalle Ramón Muñoz en el suplemento «Negocios» en un artículo bajo el título «Los cables rotos de las ‘telecos’…» en El País de 4 de Junio. Para ello habrán de establecer modelos de comercialización similares a las licencias de uso y soporte fácilmente generalizables y con los que los promotores estarán normalmente familiarizados. Si el impulso de las redes privadas 5G viniese de la mano de los proveedores de la computación al borde («MEC» en su acrónimo en inglés) en lugar de los operadores, previsiblemente se utilizarían los esquemas de precios de la llamada «infraestructura como servicio» («IaaS» en su acrónimo en inglés), que contempla precios unitarios decrecientes en función del uso de recursos, con un balance siempre en aumento para el proveedor.

A su vez, las redes privadas 5G pueden representar oportunidades de negocio semejantes a la financiación de redes comerciales de WiFi multi-sedes (hoteles, oficinas) para los inversores en infraestructuras de telecomunicaciones, que ven agotarse las opciones de poner a rendir los capitales en los pasivos de red (emplazamientos, redes de fibra óptica apagada) y que aún con una matriz de riesgo comercial más compleja, pueden desarrollar mecanismos de remuneración de los activos que les permita participar en los beneficios que generen las redes privadas en los resultados financieros de sus promotores, asumiendo los acuerdos de nivel de servicio fijados entre operador y promotor.

En todo caso, ni la contribución a los ingresos de las operadores ni a los de los fabricantes por el despliegue y explotación de una red privada 5G (entre 300 mil y 400 mil de inversión en función de la capacidad de conmutación y del número de antenas, así como del «MEC» asociado y entre el 5 y el 10 por ciento de coste de operación y mantenimiento) será comparable al asociado a una ganancia relevante de cuota en el mercado residencial español -cien mil nuevos clientes pueden añadir entre 4,8-6 millones de € de ingresos adicionales al año, mientras un despliegue de 50 nodos «macro» puede reportar al fabricante un importe similar, a juzgar por la valoración aproximada de Widelity para la FCC de los Estados Unidos de las redes de fabricantes descalificados y cuyos equipamientos deben ser reemplazados. Sea como fuere, los operadores de red españoles ya están preparados para ofrecer a empresas instituciones soluciones de red 5G que satisfagan necesidades bien concretas, con patrones de rendimiento y seguridad a medida (Telefónica distingue entre Movistar Intranet, Privada Virtual 5G y Privada Dedicada 5G, en función del nivel, de menor a mayor, en la compartición con terceros de la infraestructura por la entidad promotora), para hacer habituales prácticas operativas innovadoras gracias a la última tecnología móvil como las ya puestas a prueba para el mantenimiento predictivo en los talleres de Talgo en Málaga (Vodafone), la inspección remota de la subestación eléctrica de Red Eléctrica de España en Morvedre-Sagunto (Orange) o la supervisión los vehículos de guiado automático de la planta de Gestamp en Abadiano-Bizkaia (Euskaltel/MásMóvil/Orange).

Alberto Horcajo, es Co Fundador de Red Colmena